En una de las principales vías de acceso a Tegucigalpa, un militar, junto a un vehículo blindado con un cañón de 50 mm, obliga a los conductores a detenerse: es uno de los tantos retenes de registro levantados en la capital de Honduras y en San Pedro Sula, en la llamada "Operación Libertad" contra la violencia criminal. Entrada la noche, en el retén de la salida este de Tegucigalpa, carretera a Valle de Ángeles, cuatro soldados, linterna en mano, hacen bajar de un Sedán gris al conductor y a su pareja, para inspeccionar el vehículo de cabo a rabo, en todos sus depósitos, bajo los asientos y en el baúl. "Yo prefiero los operativos; uno se siente más seguro", comenta a la AFP la mujer, durante la revisión. "Por supuesto, tal vez así se compone esto", añade el hombre, quien espera con calma, aunque ninguno de lo dos quiso dar su nombre. Tras darles la orden de continuar, el capitán que dirige al grupo de 26 militares desplegados en el retén justifica su labor: "La gente está contenta; nos expresan que se sienten más seguros desde que comenzó el operativo", dice a la AFP, sin revelar su identidad. FUENTE: