El siniestro inició a las 4:45 PM del viernes en el sector de El Chimbo, en horas de la mañana del sábado las llamas llegaron hasta El Hatillo y por la tarde habían alcanzado Santa Lucía.La mano criminal del hombre pasó factura una vez más a las áreas de bosque aledañas al Distrito Central. Un incendio de grandes proporciones que inició a la altura de El Chimbo el viernes en horas de la tarde dejó como saldo la pérdida de miles de hectáreas de bosque. El siniestro se extendió a lo largo de las montañas, hasta que en horas de la mañana del sábado tocó las puertas de los vecinos que residen en la pintoresca y pacífica área verde de El Hatillo. Por la tarde el fuego llegó hasta Santa Lucía. Como ya es una costumbre, a la cita muy puntuales se hicieron presentes los miembros del cuerpo de Bomberos y de las Fuerzas Armadas para tratar de controlar el siniestro. El peligro que representaron las llamas para los vecinos de la zona les obligó a sumarse a la intensa jornada para impedir que el fuego ingresara hasta sus hogares. Las primeras propiedades que se vieron acosadas por las llamas fueron la del edil capitalino Ricardo Álvarez, la residencia del embajador de Japón y las instalaciones de la organización religiosa Alcance Mundial del Evangelio (AME). Atípica mañana :-Las nubes de humo y el ruido de las sirenas les quitaron la paz y la tranquilidad a los vecinos de El Hatillo. Y es que en horas de la mañana los vecinos del lugar iniciaron la jornada de forma inusual, pues el fresco aire que se respira en la zona se transformó en la inhalación de gases contaminados producto del fuego. Además de la enorme columna de humo, que incluso podía presenciarse de diversos puntos de la capital, se sumó el ruido de las sirenas de los tanques cisterna del Cuerpo de Bomberos. Y es que por la emergencia, los apagafuegos irrumpieron en la zona casi de imprevisto, lo que generó un ambiente de preocupación e intranquilidad entre los vecinos. Fue así que con machete en mano, azadones, rastrillos y mangueras, los pobladores se sumaron a la ardua jornada para intentar aplacar el lamentable suceso.FUENTE
