Los incendios en las fábricas de textil de Bangladesh que volvieron a darse en una de las plantas de la fábrica en enero de 2012 –falleciendo 12 personas- vuelve a ser, por desgracia, un centro de atención en la moda, y vuelve a salpicar a Inditex, como siempre. Da la impresión de que a ciertas personas la riqueza de Amancio les quita el sueño. Y es que, al parecer, se encontraron presuntas etiquetas de dos de sus marcas: Bershka y Lefties. Prueba de que Inditex hace bien las cosas es que cuenta con oficinas de RSC (Responsabilidad Social Corporativa) en Bangladesh, India, Turquía, China, Brasil, Marruecos y Portugal, controlando, a través de tales organismos, la explotación del menor, entre otras cosas. Inditex, en el protocolo y código de conducta de la empresa, prohíbe a sus proveedores la subcontratación para evitar la mala imagen que le puede causar al grupo gallego. Ahora bien, es difícil controlar 6.000 fábricas que emplean a millones de personas en todo el mundo, de ahí que el Imperio de Amancio haya firmado en 2007 un acuerdo con el sindicato Federación Internacional de Trabajadores de Textil, Vestimenta y Cuero. De hecho, este documento permite el control de todos los centros de producción en el extranjero por parte de más de 200 organizaciones afiliadas al sindicato mencionado en un total de 110 países. Un documento como este es único en toda la industria textil. Así, otro acuerdo firmado en 2011 posibilita a los sindicatos el control de los proveedores, pudiendo, además, ser partícipes en el desarrollo de la empresa, así como en la toma de iniciativas como la creación de cursos de formación para los empleados de las fábricas. FUENTE